Sobre mi
Soy Coral Cañizares Garrido, una joven artista y diseñadora granadina que tiene el objetivo de contar historias a través del arte. Desde que tengo memoria, el dibujo ha sido mi manera de entender el mundo: de pequeña llenaba cada papel en blanco que encontraba, y ahora, esa necesidad de crear es mi forma de vida.
Historia
Nací en Granada en 2004, en una familia profundamente vinculada al arte y al flamenco. Crecí rodeada de ritmo, expresión y con la enseñanza de que mis raíces me hacen más fuerte.
El dibujo fue mi primer lenguaje, mi refugio y mi forma de entender el mundo. Aunque mi entorno me conectaba con la tradición, yo empecé a explorar el arte desde lo visual, buscando mi propia voz.
Para mí, crear no es solo una necesidad, es una forma de estar, de observar y de transformar lo cotidiano en algo que habla.
Mi historia sigue en construcción, como cada trazo que aún no se seca.
Primeros pasos
Mientras otros niños jugaban en la calle, yo sentía la necesidad de quedarme en casa pintando.
Mis padres, guiados por mis profesores que veían algo especial en mí, me apuntaron con solo 8 años en la academia de arte Mi Espacio, bajo la enseñanza de Estefanía Gámez, una figura clave en mi vida. Con Estefa no solo aprendí técnica: me abrió los ojos al arte como camino, como disciplina, como forma de vida. Su enseñanza despertó en mí una curiosidad insaciable. Nada me parecía suficiente: quería conocer cada técnica, cada estilo, llegar al máximo nivel posible.
Mi motivación crecía al mismo ritmo que los reconocimientos y concursos, lo que me llevó a seguir formándome en la Escuela Municipal de Arte de Gójar, esta vez junto a Mar De la Torre. Con ella descubrí una nueva dimensión en mi trabajo: el expresionismo emocional. Allí empecé a conectar lo técnico con lo íntimo, a hacer del arte no solo algo que se ve, sino algo que se siente.

La pequeña
Con todo lo que había aprendido hasta entonces, a los 14 años hice mi primera exposición en solitario: Una mirada diferente.
Esa exposición fue un punto de inflexión: gracias a ella, el catedrático Juan García Pedraza, de la Universidad de Bellas Artes de Granada, me invitó a asistir como alumna oyente. Me convertí en la más joven del aula, una especie de pupila entre artistas, escuchando, observando y absorbiendo todo lo que podía durante tres años.
A ese paso le siguió una nueva exposición, Sentimientos de un pincel, donde empecé a hablar desde la emoción, con más conciencia de lo que quería contar ya con 16 años.

La grande
Durante mucho tiempo fui simplemente una niña a la que le encantaba pintar. No entendía del todo qué era el arte, solo sabía que lo necesitaba. Con el tiempo y más conciencia, comencé a tomarlo en serio: estudié bachillerato artístico en el Colegio El Carmelo, llegaron reconocimientos a niveles regionales y descubrí la ilustración infantil, un lenguaje que me enamoró por completo.
Más tarde, en Estación Diseño, mi visión del arte se amplió. Empecé a valorarlo en todas sus formas, no solo como pintura.
Fue entonces cuando llegó uno de los hitos más importantes para mi: diseñar el cartel oficial del Corpus Christi de Granada. Una oportunidad que me conectó con mi ciudad, su tradición y que marcó un antes y un después en mi trayectoria.
Cambió mi forma de mirar el mundo… y también cómo el mundo empezaba a mirarme a mí.
De esa experiencia nació Raíces Doradas, una exposición muy personal que rinde homenaje a mis raíces y al arte flamenco que siempre estuvo cerca, pero que hasta entonces no había sabido agradecer.
Gracias presente
El hoy es un presente que agradezco.
Con 21 años exploro nuevos caminos como el 3D y la animación, lenguajes que desde niña me fascinaban.
Si todo sigue como hasta ahora, puedo estar tranquila. Estoy exactamente donde necesito estar: creando, aprendiendo, y dejando que el arte me siga llevando.

"Si lo hacemos, lo hacemos bien "
























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